La decisión tomada por el equipo Mucke un minuto antes de arrancar el motor del coche de Roberto Merhi fue definitiva para decidir la suerte del piloto español en el Masters de F3 celebrado este domingo en Holanda.
Roberto pasó del cielo al infierno en cuestión de minutos. Y esta decisión tenía que ver con los neumáticos. Desde media hora antes del inicio de la carrera llovía débilmente sobre Zandvoort, aunque no en todo el circuito. Con estas perspectivas, Mucke decidía arriesgar montando gomas de agua en el coche de Roberto, mientras el resto de los primeros clasificados apostaban por mantenerse sobre seco.
Al semáforo verde, la lluvia se intensificó, y Roberto pudo sacar rendimiento de sus neumáticos hasta situarse líder destacado de la carrera. Desafortunadamente, esa misma lluvia se atenuó, y hasta cesó por momentos, a partir del quinto giro. En esas condiciones, los pilotos con slicks se comieron literalmente a Roberto, que tenía que hacer malabarismos para mantenerse en pista con unas gomas que a cada giro se recalentaban más y más, y que no le otorgaban la más minima oportunidad con una considerable diferencia de agarre.
Finalmente, en la vuelta quince, Merhi se veía obligado a detenerse en boxes para poner seco con sus gomas de agua completamente acabadas. Perdía una vuelta con los líderes y tan solo podía terminar en duodécima posición. Una verdadera lástima, pues el español demostró durante todo el fin de semana que era un claro contendiente a la victoria final.
Roberto Merhi volverá a las pistas dentro de unas semanas con la disputa de la cuarta cita de la F3 Euroseries en el trazado alemán de Norisring.
"Arriesgamos con los neumáticos y nos salió mal. Durante las primeras vueltas parecía que habíamos acertado, llegando a colocarme cómodo líder con una gran ventaja sobre el segundo, pero pronto comenzó a detenerse la lluvia y me encontré completamente indefenso", comentó el piloto español.
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